sábado, 12 de marzo de 2011

Los narco-mensajes o narco-mantas

Según la definición de Wikipedia, la enciclopedia libre, los narco-mensajes o narco-mantas son mensajes dejados por grupos criminales, perteneciente a algún cártel de la droga, acompañados de atentados y/o ejecuciones en los que tratan de justificar sus crímenes y o mandar amenazas a grupos rivales, policías, políticos, empresarios, etc. En algunos casos, los narco-mensajes, también han servido para ofrecer recompensas que lleven a la captura de miembros de algún grupo rival. En otros casos los narco-mensajes también pueden servir para tratar de convencer a la opinión pública que sus actos son justificables.
Magdalena Ávila Lara, catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experta en Semiótica, expone que los narco mensajes sólo tienen un significado: “Enfrentar el poder del Estado, que es legítimo, con el poder fáctico que dan las armas y dinero adquirido por el tráfico de drogas, una empresa criminal que creció y ahora defiende su existencia”.
La Semiología, de acuerdo a la Real Academia de la Lengua es: “El estudio de los signos de la vida”, pero ahora, de acuerdo a la experta y criminólogos, se usa para justificar la muerte.
La historia de los mensajes es común en México desde 1940, cuando iniciaron las ejecuciones en “serie” de rivales o traidores. Sin embargo, es a partir de los 90 cuando su uso es más común, que llevan un signo y mensaje de ciertos grupos delincuenciales.
Empero, es a partir de la administración de Vicente Fox cuando aparecen no en “serie”, sino “en serio”, con la aplicación de los operativos México Seguro y rebautizados cuando se involucró a las fuerzas armadas en combate al narcotráfico por Felipe Calderón, con los denominados Operativos Conjuntos.
Ávila Lara comentó a El Economista que lo grave no es el contenido o el mensaje sino que ahora se “trata de infundir miedo a la sociedad y mostrar su poderío ante el Estado y el Ejecutivo federal”.
“Son la fijación en el imaginario colectivo del poder fáctico y simbólico, donde la costumbre puede llevar a dar carta de naturalización a ese tipo de violencia que ahora es emblemática para ciertas organizaciones en ciertos puntos del país donde se aplica la fuerza del Estado contra los narcotraficantes e integrantes del crimen organizado”.
Lo más grave “que llevan los mensajes cifrados es el deterioro de los valores humanos por la saña en que se cometen. La violencia esta trastocando a la sociedad, que no tiene nada que ver en ese enfrentamiento, pero ahora nos estamos en medio de una batalla donde también hay bajas de civiles”, resaltó la catedrática de la UNAM.
“Los decapitados ya son una barbarie, la degradación de todo valor para un ciudadano común, que por los medios televisivos los observa, lee en diarios o escucha e imagina en la radio”.
“Ya no es sorpresa ver actos criminales, antes eran virtuales, hoy son en vivo, lo que esta llevando a la costumbre, lo que da naturalización a este tipo de actos criminales y la respuesta del Estado es que: vamos ganando aunque no se vea, tuvimos siete bajas, pero continuaremos con la mano dura”.
Para el ámbito criminalística, donde no existe un “manual de ejecuciones” o “diccionarios”, se observan tendencias, métodos, series, formas, fondos e incluso saña en la aplicación de la violencia para eliminar rivales, traidores o competidores del negocio, así como el asesinato de más de 500 policías y militares.
En algunas ocasiones hay “matices”, donde se deja en claro que fueron asesinados porque protegían a grupos rivales o simplemente porque ya no quisieron “entrarle”, “traicionaron” o se opusieron al poder fáctico, esto es, que se sujetaron al mando del Estado para combatir narcotráfico y crimen organizado.
Otros método fueron los importados: la decapitación, que puso en moda hace seis años un grupo de kaibiles, militares guatemaltecos desertores, preparados para combatir a grupos subversivos, que después fueron imitados sus actos de barbarie porque “se metieron con mujeres o niños”, según grupos más radicales.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario